Retos de la Educación en Venezuela, por Janireth Gómez.

 Retos de la Educación en Venezuela, por Janireth Gómez.

El Derecho a la Educación está consagrado en los Artículos 102 y 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidades.

En Venezuela la educación a distancia es un reto, estructuralmente no existe en el territorio nacional mecanismos en educación primaria y secundaria para avanzar en esta metodología, salvo las universidades que habían sido las primeras en asumir la práctica de las aulas digitales, sin embargo, la afectación en niños y jóvenes debido al desafío de equidad educativa y la consecuencia de esta situación la van a pagar los estudiantes vulnerables, recordando que el acceso a internet es desigual, según el World Economic Forum sólo el 60% de la población mundial tiene acceso a internet, teniendo Venezuela índices por debajo del 40℅. El mayor reto es adaptarse a nuevos enfoques educativos sin preparación y planificación, yendo hacia un proceso de reinvención en un país que le falta dotación tecnológica para cumplir con ello.

Para el año 2018 según el Informe PROVEA, se desprende que, la matrícula total de los niveles y modalidades para el período 2018-2019 es la siguiente: educación inicial 1.575.714 estudiantes, educación primaria 2.869.310 alumnos, educación media general 1.651.000 estudiantes, educación media técnica 135.512 alumnos, educación para adultos 171.643 educandos, educación especial 39.117 estudiantes, y en las instituciones privadas 1.202.573 alumnos, para un total de 7.644.8692 estudiantes. La sumatoria para la educación universitaria es de 2.853.5203 estudiantes. En el año escolar 2018-2019 de acuerdo a las cifras del régimen el número de instituciones educativas públicas era de 24.411 y 5.001 privadas, para sumar un total de 29.412 planteles educativos. Contrastando estas cifras con las del año 2017, se tiene entonces que para el periodo escolar 2018-2019 hay 848 instituciones educativas públicas y 447 instituciones privadas menos que en el año escolar anterior. Este descenso representa la cantidad de 1.295 escuelas, 4,15% menos en comparación con 2017. 

Sobre el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el informe PROVEA indica que para el año 2018 se continuó sin lograr una cobertura mayor a 60%, y donde llega es muy deficiente. Esas limitaciones del programa se convirtieron en un factor más para el incremento de la inasistencia a los centros educativos. La cobertura del PAE es limitada, la que se garantiza es otorgada con deficiencias tanto por la manera irregular de la entrega como por la calidad de los alimentos que finalmente recibe el estudiante, con dificultad en el suministro el trompo alimentario establecido por el Instituto Nacional de Nutrición (INN).

En medio de esta verdad, el régimen plantea la modalidad "cada familia una escuela", siendo esto una irresponsabilidad, cuando en los hogares venezolanos en gran medida no se cuenta con la metodología enseñanza-aprendizaje que se aplica en las aulas. La estructura controlada de la escuela tradicional no es replicable en línea y llega a un proceso de flexibilidad, esta flexibilidad puede ser positiva o puede ser negativa según sea asumida en casa, de allí deriva otra situación, y es que las actividades de dar clase se han unido a las otras responsabilidades que tienen los padres, desde antes de la Pandemia, asumiendo ahora la responsabilidad de impartirle a sus hijos contenido programático incluidos en las escuelas, ¿realmente los padres están preparados para desarrollar este contenido con sus hijos?, recordando que los maestros diseñan actividades pedagógicas y herramientas que han construido a través de los años para que cada niño pueda recibir la información educativa de forma oportuna, y los padres la refuercen en casa con las tareas, sin embargo, no conocen estas herramientas y por mucho que se intente replicar, por internet no todo es reproducible, ni todo es igual según la situación de cada casa.

Observando tal deterioro con una tendencia creciente a empeorar, es importante avanzar en propuestas basadas en la descentralización y autonomía de las instituciones, el respeto, revalorización y dignificación del trabajo de la enseñanza y del aprendizaje, la promoción de la educación para la ciudadanía y no para la sumisión, en la innovación tecnológica y dotación de equipos e información, la recuperación y rediseño de infraestructuras de los planteles educativos y mejoras salariales integrales para todo el sector educación.